La mayoría de las personas creemos
que el manejo del peso se limita sólo a una sencilla lista de alimentos que se
deben comer o no comer. Diversas investigaciones han demostrado que las
toxinas vuelven lento el índice metabólico del cuerpo; disminuyen la sensación
de saciedad y por ello, inducen a ingerir más y más calorías; y limitan la
habilidad para quemar grasa. Las toxinas
no sólo pueden llevar a ganar peso sino también a sabotear la habilidad para
perderlo.
Las toxinas ambientales incluyen
químicos domésticos, contaminantes industriales, aditivos alimenticios y
pesticidas. Las toxinas internas son los
productos de desecho generados por los procesos metabólicos normales dentro del
cuerpo. Dichas toxinas metabólicas son
el resultado de la descomposición de proteínas, almidones y grasas.
Cuando el cuerpo se enfrenta a la
toxicidad, en su esfuerzo por diluir las toxinas hidrosolubles, retiene agua, y
en su intento de diluir las toxinas solubles en grasa, retiene grasa.
Mientras más grasa se tiene más
toxinas se retienen. A medida que se
pierde peso, las células grasas liberan toxinas en el torrente sanguíneo. Una vez que estas están en la sangre pueden
ocasionar todo tipo de problemas. La desintoxicación es el proceso de
atrapar estas toxinas y sacarlas del cuerpo.
Lo cierto es que no podemos
vivir en una burbuja libre de toxinas.
La buena noticia es que podemos minimizar sus efectos procurando
consumir alimentos orgánicos, productos de limpieza naturales, haciendo ejercicios,
tomando baños sauna, comiendo vegetales y frutas, o con programas de limpieza y
suplementos herbales. Un excelente complemento, que favorece mucho este proceso son los drenajes linfáticos.
Esto se ha puesto de moda ahora,
pero este concepto es tan antiguo como el concepto de la salud. Hay referencias de procedimientos para
lograrlo desde hace miles de años, donde los médicos ya usaban enemas para ayudarle
al cuerpo a limpiarse y a combatir las enfermedades.
Ahora sabemos que la solución o las alternativas no tienen que ser extremas e invasivas. El ejercicio por ejemplo, mueve el
sistema linfático, el cual es el encargado de recolectar las toxinas. De esta manera durante el ejercicio el
sistema linfático descarga las toxinas en el sistema circulatorio donde pueden
ser procesadas por el hígado y eliminadas a través de la vejiga o el
colon.
El ejercicio al igual que el baño
sauna ayudan a sudar toxinas. En el caso
del baño sauna, éste ayuda a subir la temperatura basal con lo que se logra
estimular la producción de la hormona de crecimiento, que le ayuda al cuerpo a
botar grasa conservando masa muscular magra.
Y también beneficia a la piel, ya
que se eliminan muchos desechos celulares a través de los poros.
También existen en el mercado muchos
tratamientos de desintoxicación a base de hierbas y hay médicos naturistas que
también pueden ayudar con estos procesos de la forma más conveniente para cada
persona.
Te invito a que tomes la decisión de iniciar un plan
de desintoxicación antes de comenzar un programa para perder peso para que nada sabotee tus esfuerzos, puedas alcanzar tus logros y mantener una buena
salud.
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